8/25/08

Mucho para contar


Bueno, tengo muchas cosas para publicar asi que voy a empezar con las malas noticias.

Hay una buena razón por las cuales experiencias anecdotales no sirven como prueba científica. El cerebro humano no esta hecho para pensar de forma científica y tiende a aceptar su limitada experiencia como prueba y aceptar eventos no relacionados como relaciones causa y efecto. Siempre estamos buscando encontrar la razón de los sucesos y por eso, muchas veces, encontramos explicaciones tontas a lo que nos rodea, basado en la limitada información que tenemos. Cuando no sabiamos porque el sol salia y se ponia, deciamos que era halado por caballos. Cuando venia un huracán, deciamos que los dioses estaban molestos. Hoy en dia, esta debilidad que poseemos de aceptar nuestra experiencia limitada y aceptarla como prueba, a pesar de que la data científica nos dice que estamos equivocados esta causando mucho daño y eso lo podemos notar en el reciente renacimiento de el virus del sarampión, que ya ha afectado a cerca de 131 personas en los Estados Unidos.

Este virús se habia eliminado por completo de los Estados Unidos, pero gracias a los cientos de padres que le temen a las vacunas por su supuesta relación con el autismo, ahora tenemos una invasión de enfermedades que no habian afectado a nadie hace años.

La pediatra Pauline Filipek de la Universidad de California en Irvine le dijó a Scientific American esta primavera que los padres que no vacunan a sus hijos los estan poniendo en riesgo de contraer enfermedades olvidadas hace tiempo, como el sarampión. Lo que no estan haciendo es prevenir es el autismo.

'La mayoria, si no todos, de los hermanos menores (de niños autistas) nunca han sido vacunados,' dijo Filipek, quien no cree que el autismo es consecuencia de las vacunas. "y también sufren de autismo'.
Hasta el momento, ningún estudio científico ha encontrado una relación directa definitiva entre las vacunas y el autismo. A pesar de esta información, los padres continuan sin vacunar a sus hijos, basandose en evidencia anecdotal y lo que escuchan en la calle.

Fuente: Scientific American

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