A los humanos no les gusta pensar de si mismos como animales. Es con sentimientos mixtos que leemos reportes frecuentes donde actividades que considerabamos unicamente humanas también son llevadas a cabo por otras especies: chimpancés que hacen herramientas, loros que usan lenguaje, hormigas que pueden enseñar. ¿Queda algo mas?
Tu puedes pensar que los humanos por lo menos disfrutan de la ventaja de ser generalmente más inteligentes. Para probar esta idea, investigadores realizaron una variedad de examenes cognoscitivos - el equivalente a pruebas de IQ no verbales - en chimpancés adultos y orangutanes (dos de los primates mas cercanos al humano) y niños de 2 años de edad. El resultado demuestra que los niños no eran más hábiles. Estos actuaron al mismo nivel que los monos en los examenes que median cuan bién entendian el mundo físico del espacio, cantidades y causalidad. Los niños actuaron mejor solo en las pruebas que median destrezas sociales: aprendizaje social, comunicación y leer las intenciones de otros.
Pero son estas destrezas sociales las que hacen la diferencia. Imaginata un niño nacido solo en una isla desierta y que de alguna manera mágica se mantiene vivo. ¿Cómo serian las habilidades cognoscitivas de este como un adulto? Sin nadie que le enseñe, que imite, sin ningunas herramientas pre existentes y sin lenguaje hablado o escrito. El niños poseeria habilidades básicas para lidiar con el mundo físico, pero no serian muy impresionantes. No inventaria el inglés o los números árabes, ni cuchillos de metal, ni dinero. Estos son el producto de la cognisción colectiva; fueron creados por el ser humano cuando unieron todas sus cabezas.
Cuando observas a los monos y los niños en situaciones que requieren que unan sus cabezas, una diferencia sutil pero significativa emerge. Se han observado que los niños, pero no los chimpancés, esperan y hasta demandan que los demás, que se han cometido a una actividad conjunta, permanezcan en esa actividad y no ignoren sus deberes. Cuando los niños quieren salirse de una actividad, reconocen la existencia de una obligación de ayudar al grupo - saben que tienen, en su forma, que excusarse para compenzar. Los humanos estructuran sus acciones colaborativas con un gól conjunto y compromisos compartidos.
Otra diferencia sutil pero crucial se puede ver en la comunicación. Los grandes simios - chimpancés, bonobos, gorilas y orangutanes - se comunican con el proposito casi exclusivo de hacer que los demás hagan lo que ellos quieren. Los infantes humanos, en adición, hacen gestos y hablan para compartir información con otros - quieren ser serviciales. También comparten sus emociones y actitudes libremente - como cuando un infante apunta con la mano a un pajaro volando para que su madre lo vea y rie de felicidad. Este actitud y compartir de información no solicitado y se puede considerar como el inicio de el chisme de en adultos, que aseguro que los miembros de un grupo puedan juntar su conocimiento y saber quien y quien no esta comportandose de forma cooperativa. Este compartir libre de información también crea la posibilidad de pedagogía - en la cual los adultos imparten información diciendo y enseñando y los niños confian y usan esta información con confianza. Nuestros primates más cercanos no enseñan y aprenden de esta manera.
Finalmente, los infantes humanos, pero no los chimpancés, juntan sus cabezas para pretender. Esta actividad aparentemente inútil es en realidad el primer paso para la creación de instituciones sociales humanas distinctivas. En las instituciones sociales, los participantes tipicamente dotan a alguien o algo con poderes u obligaciones especiales; crean roles como presidente, maestro o esposa. Presidentes, maestros y esposas operan con poderes especiales y obligaciones porque, y solo porque, todos creemos y actuamos como si llenaran esos roles y tienen esos poderes. Dos niños pretendiendo juntos que un palo de madera es un caballo han tomado su primer paso a no solo Oz, pero también a habitar la realidad institucional humana.
Los seres humanos han evolucionado para coordinar actividades complejas, para chismear y para jugar/actuar juntos. Es porque se han adaptado a tales actividades culturales - y no por su ingenio como individuos - que los humanos son capaces de hacer tantas cosas complejamente e impresionantemente excepcionales.
Claro está, los seres humanos no son ángeles de la cooperación; también unen sus cabezas para hacer todo tipo de hechos horribles. Pero estas hechos no son llevados a cabo usualmente dentro "del grupo". Modelos evolucionarios recientes han demostrado lo que los políticos saben hace mucho; la mejor forma que hacer que la gente colabore y piense como un grupo es identificando a un enemigo y acusar que estos "son una amenaza" a nosotros. La notable capacidad del ser humano para cooperación aparenta haber evolucionado mayormente para interacción dentro de grupos. Esta mentalidad de grupo es una causa mayor del sufrimiento y las luchas en el mundo hoy en dia. La solución - más facil dicha que hecha - es una nueva forma de definir el grupo.
Este último punto lo entenderá cualquier persona que haya leido "The Watchmen". No voy a decir lo que sucede en esta historica novela animada, pero Alan Moore entendia el concepto de definir quienes somos "nosotros" y quiene son "ellos".
Fuente: NY Times a través de RicharDawkins.net
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